viernes, 10 de octubre de 2014

Historia de La Alquimia

La Alquimia
Origen de La Aquimia


La Alquimia

En la historia de la ciencia, la alquimia es una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte. 

La misma palabra, alquimia, parece tener una procedencia dudosa. Muchos afirman que la expresión actual, legada directamente por los árabes, puede ser dividida en dos partes: el artículo "al" y el término "chemia" que significa "tierra o suelo negro". Según esta hipótesis, los musulmanes se referían a las oscuras tierras de Egipto donde habrían aprendido los primeros secretos de la misteriosa ciencia. La figura del filósofo egipcio Hermes Trimegistus se consideraría entonces como padre del saber humano y de ahí derivaría el término "hermético" que con tanta frecuencia aparece relacionado con la alquimia.

Es una técnica antigua practicada especialmente en la edad media, que se dedicaba principalmente a descubrir una sustancia que transmutaría los metales más comunes en oro y plata, y a encontrar medios de prolongar indefinidamente la vida humana. Aunque sus propósitos y procedimientos eran dudosos, y a menudo ilusorios, la alquimia fue en muchos sentidos la predecesora de la ciencia moderna, especialmente de la ciencia química.

La alquimia nació en el antiguo Egipto, y empezó a florecer en Alejandría. Se considera que los escritos de algunos de los primeros filósofos griegos contienen las primeras teorías químicas; y la teoría expuesta en el siglo V a.C. por Empédocles influyó mucho en la alquimia.

La alquimia, como sucedió con el resto de la ciencia árabe, se transmitió a Europa a través de España, gracias al extraordinario florecimiento que las ciencias y las artes experimentaron en Al-Andalus durante la edad media.

Para los alquimistas toda sustancia se componía de tres partes mercurio, azufre y sal siendo estos los nombres vulgares que comúnmente se usaban para designar al espíritu, alma y cuerpo, estas tres partes eran llamadas principios. Por manipulación de las sustancias y a través de diferentes operaciones, separaban cada una de las tres partes que luego debían ser purificadas individualmente, cada una de acuerdo al régimen de fuego que le es propicia, la sal con fuego de fusión y el mercurio y el azufre con destilaciones recurrentes y suaves. Tras ser purificadas las tres partes en una labor que solía conllevar mucho tiempo, y durante el cual debían vigilarse los aspectos planetarios, las tres partes debían unirse para formar otra vez la sustancia inicial. Una vez hecho todo esto la sustancia adquiría ciertos poderes.

A lo largo de la historia de esta disciplina, los aprendices de alquimista, se esforzaron en entender la naturaleza de estos principios y encontraron algún orden y sentido en los resultados de sus experimentos alquímicos, si bien a menudo eran socavados por reactivos impuros o mal caracterizados, falta de medidas cuantitativas y nomenclatura hermética. Esto motivaba que, tras años de intensos esfuerzos, muchos acabaran arruinados y maldiciendo la alquimia. Los aprendices por lo general debían empezar por trabajar en el reino vegetal hasta dominar el régimen del fuego, las diversas operaciones y el régimen del tiempo.

Para diferenciar las sustancias vulgares de aquellas fabricadas por su arte, los alquimistas, las designaban por el mismo nombre de acuerdo a alguna de sus propiedades, si bien procedían a añadirle el apelativo de «filosófico» o «nuestro». Así, se hablaba de «nuestra agua» para diferenciarla del agua corriente. No obstante, a lo largo de los textos alquímicos se asume que el aprendiz ya sabe diferenciar una de otra y, en ocasiones, explícitamente no se usa, ya que de acuerdo al arte hermético «no se debe dar perlas a los cerdos», razón por la que muchos fracasaban al seguir al pie de la letra las diferentes recetas. La «iluminación» sólo se alcanzaba tras arduos años de riguroso estudio y experimentación. Una vez que el aprendiz lograba controlar el fuego, el tiempo de los procesos y los procesos mismos en el reino vegetal, estaba listo para acceder a los arcanos mayores, esto es, los mismos trabajos en el reino animal y mineral. Sostenían que la potencia de los remedios era proporcional a cada naturaleza.

Los trabajos de los alquimistas se basaban en las naturalezas, por lo que a cada reino le correspondía una meta: al reino mineral la transmutación de metales vulgares en oro o plata, al reino animal la creación de una «panacea», un remedio que supuestamente curaría todas las enfermedades y prolongaría la vida indefinidamente. Todas ellas eran el resultado de las mismas operaciones. Lo que cambiaba era la materia prima, la duración de los procesos y la vigilancia y fuerza del fuego. Una meta intermedia era crear lo que se conocía como menstruo y que lo que ofrecía era una multiplicación de sí mismo por inmersión de otras substancias semejantes en fusión/disolución (según su naturaleza) con éstas. De modo que se conseguía tanto la generación como la regeneración de las substancias elementales. Estos no son los únicos usos de esta ciencia, aunque sí son los más conocidos y mejor documentados. 


Las Tres bases de La Alquimia



Los alquimistas, utilizaban cantidad de elementos y materiales diferentes con diferentes simbologías para lograr sus fines. Según se usaba un material o un método se lograban metas diferentes por varias etapas.

Según los alquimistas todo estaba formado por tres bases.


Azufre: el principio vital, anónimo e inconsciente.

Mercurio: el alma y la conciencia.

Sal: el cuerpo, lo sólido, la materia en el sentido propio.



Símbolos En La Alquimia


Los símbolos de la alquimia solían fundarse en la transformación de fórmulas matemáticas en signos geométricos llamados símbolos de alquimista o sellos. Éstos, según cada cultura, podrían variar desde simples figuras geométricas, resultantes de la aplicación de fórmulas matemáticas, hasta complejas imágenes metafóricas, en las cuales cada elemento solía tener un significado propio. También podían ser símbolos interpretados a criterio del autor. Así, Newton usaba en sus fórmulas alquímicas símbolos que provenían de una fusión de diversos lenguajes simbólicos utilizados en culturas precedentes.

Para los procesos alquímicos eran imprescindibles los cuatro elementos, simbolizados por una serie de triángulos que superpuestos forman la estrella de David, que simboliza lo mayor del universo.


Tierra: se asociaba al cobre, a la creación y al nacimiento, es un espíritu femenino, Es la frialdad y la sequedad.

Agua: se asocia al estaño y a la purificación, es un espíritu femenino, Es la frialdad y la humedad.

Aire: se asocia con la vida y el hierro, es un espíritu masculino, Es la calidez y la humedad.

Fuego: se asocia al plomo y a la transformación final, es el fuego del alma, Es espíritu masculino. Es la calidez y la sequedad.



Los Siete Metales 


Los alquimistas distinguían entre siete metales principalmente: dos nobles, el oro y la plata y cinco viles, el cobre, hierro, estaño, plomo y mercurio.

Los metales planetarios fueron “dominados” o “manejados” por uno de los siete planetas en la antigüedad. Aunque tenían su propio símbolo, normalmente fueron representados por el símbolo del planeta correspondiente.


Oro representado como el Sol ☉ ☼

Plata representado como la Luna ☽

Cobre representado como Venus ♀

Hierro representado como Marte ♂

Estaño representado como Júpiter ♃

Mercurio representado como Mercurio ☿

Plomo representado como Saturno ♄


Después de conocer los materiales, se disponía la principal acción de la alquimia: la transmutación, que originalmente se realizaba tres fases según el Opus Magnum, la gran obra de la alquimia:

El negro, nigredo, es el estado inicial, se identifica con el estado de caos de la prima o, del caos existente creado por la descomposición de los elementos. La consecuencia es el estado de la descomposición, es entonces cuando se produce una unión de lo masculino con lo femenino y aparece la muerte. Cronos o Saturno era un símbolo de esta fase al igual que el dragón, el sapo y el cuervo.

Desde el nigredo se va directamente al emblanquecimiento, o el alma que ha salido del cuerpo a causa de la muerte y que es reunida de nuevo con el cuerpo muerto para dar vida a éste. Es el lavado de la prima materia. Con esto se alcanza la primera meta principal del proceso, concretamente el albedo que se simboliza con la luna. El albedo es, en cierto modo, el crepúsculo. Diana o Artemisa representa esta fase al igual que el pavo real.

El rubedo es ya la salida del Sol. La transición al rubedo constituye el amarilleamiento (citrinitas), el cual, como se ha mencionado, decae con posterioridad. Después sale el rubedo directamente del albedo mediante aumento del fuego hasta el grado máximo. Apolo representa esta fase. Lo blanco y lo rojo son reina y rey, que también pueden celebrar en esta fase su sagrada unión para alcanzar la perfección absoluta: la piedra filosofal.


Las Doce Puertas


Este proceso se amplió con “Las doce puertas” de George Ripley, que describen los procesos de forma diferente que se consideran la base de procesos químicos modernos. Cada uno de estos procesos es representado por una de los 12 signos del zodiaco.

1. Descomposición mediante la calcinación (Aries)

2. Descomposición mediante la digestión (Leo)

3. Descomposición mediante la fermentación/putrefacción (Capricornio)

4. Modificación mediante la congelación/coagulación (Tauro)

5. Modificación mediante la fijación (Géminis)

6. Modificación mediante ceración (Sagitario)

7. Separación mediante la destilación (Virgo)

8. Separación mediante la sublimación (Libra)

9. Separación mediante la filtración (Escorpio)

10. Unión mediante la solución (Cáncer)

11. Unión mediante la multiplicación (Acuario)

12. Unión mediante de la proyección (Piscis)



La Piedra Filosofal


La piedra filosofal es una sustancia alquímica legendaria que se dice que es capaz de convertir los metales bases tales como el plomo en oro o plata. Ocasionalmente, también se creía ser un elixir de la vida, útil para el rejuvenecimiento y, posiblemente, para el logro de la inmortalidad. Durante muchos siglos, fue el objetivo más codiciado en la alquimia. La piedra filosofal era el símbolo central de la terminología mística de la alquimia, que simboliza la perfección en su máxima expresión, la iluminación y la felicidad celestial. Los esfuerzos para descubrir la piedra filosofal eran conocidos como los Opus magnum ("Gran Obra").


Paracelso El Medico Alquimista

Theophrastus Bombastus von Hohenheim 

Paracelso Fue el médico, alquimista y astrólogo más célebre de todos los tiempos, relacionado con la alquimia, con el saber hermético, con la creación del homúnculo, con la búsqueda de la Piedra Filosofal.

Nació en Suiza en 1493 - Murio en Salzburgo, actual Austria, 1541, su verdadero nombre fue Theophrastus Bombast von Hohenheim; sin embargo, se llamó a sí mismo Paracelso que en latín significa “superior a Celso” haciendo referencia a un médico romano del siglo I de nuestra era. Creía en el concepto griego de los 4 elementos (agua, tierra, aire y fuego) y como tal, entre sus excentricidades encontramos que creía en la existencia de seres fantásticos y a cada uno de ellos correspondía un elemento: a los gnomos correspondía la tierra; a las nereidas el agua; a los silfos el aire y a las salamandras el fuego. También creía que el cosmos giraba en torno a tres sustancias espirituales: el mercurio, el sulfuro y la sal que de alguna manera definían la identidad humana: el sulfuro representaba al alma, la sal al cuerpo y el mercurio el espíritu.

En el campo de la alquimia, se decía que Paracelso fue el primero que logró transmutar el plomo en oro a través de métodos alquímicos. También pronto se hizo famoso al afirmar que había logrado crear un homúnculo, es decir un “hombrecillo” creado artificialmente por medio de la alquimia, mientras intentaba encontrar la piedra filosofal. Era además afin a la filosofía hermética y todos sus estudios estaban relacionados con el saber hermético.


Los homúnculos


El término homúnculo proviene del latín homunculos que significa “hombrecillo” y se usaba para referir un proceso alquímico para crear artificialmente un pequeño ser humano. En el sentido hermético es un actor primordial incognoscible, puede ser visto como una entidad o agente. Los alquimistas creen que el proceso para crear esta entidad es simbólico.

El alquimista Paracelso afirmó haber creado un homúnculo al intentar encontrar la piedra filosofal. La criatura no habría medido más de 30 centímetros de alto y hacía el trabajo normalmente asociado con los golems. Sin embargo, tras poco tiempo, el homúnculo se volvía contra su creador y huía. La receta para crearlo consistía en una bolsa de carbón, mercurio, fragmentos de piel o pelo de cualquier humano o animal del que el homúnculo sería un híbrido. Todo esto había de enterrarse rodeado de estiércol de caballo durante cuarenta días, tiempo en el cual el embrión estaría formado en el seno de la Tierra.


Maria La Judía

Siglo I - Siglo III

María la Judía, también conocida como María la Hebrea o Miriam la Profetisa. Vivió entre el siglo I y el siglo III d.C. en Alejandría, fue la primera mujer alquimista.

Considerada como la "fundadora de la alquimia" y una gran descubridora de la ciencia práctica.

La referencia más concreta de su existencia se da gracias a Zósimo de Panópolis, erudito alquimista de Alejandría que en el Siglo IV d.C. recopiló las enseñanzas de muchos iniciados anteriores para formar lo que llegó a ser una enciclopedia del arte hermético. En sus escritos es en dónde cita a María casi siempre en pasado, mencionándola como una de los “sabios antiguos”, y también describe varios de sus experimentos e instrumentos.

Georges de Syncelles, cronista bizantino del Siglo VIII, presenta a María como maestra de Demócrito a quien conoció en Menfis (Egipto)en la época de Pericles. El enciclopedista árabe Al-Nadim la cita en su catálogo del Año 879 d.C. entre los cincuenta y dos alquimistas más famosos, por conocer la preparación de la cabeza o caput mortum. El filósofo romano Morieno la llama “María la Profetisa” y los árabes la conocieron como la “Hija de Platón”, nombre que en los textos alquímicos occidentales estaba reservado para el azufre blanco. María pasa así a ser identificada con la materia que trabaja.

También se piensa que “María la Judía”, además de un ser personaje real, podría haber sido una firma empleada por uno o varios alquimistas hebreos anteriores a Zóstimo.


Se sabe que María escribió varios textos sobre alquimia, aunque ninguno de sus escritos han sobrevivido en su forma original; sin embargo, sus enseñanzas fueron ampliamente citadas por hermetistas posteriores. Su principal obra conocida es “Extractos hechos por un filósofo cristiano anónimo”, también nombrada como “Diálogo de María y Aros”, en donde están descritas y nombradas las operaciones que después serían la base de la Alquimia. La leucosis (blanqueo) y la xantosis (amarilleo), una se hacía por trituración y la otra por calcinación. En esta obra se describe por primera vez el ácido de la sal marina y otro oxys (ácido) que se pueden identificar con el ácido acético. También aparecen varias recetas para hacer oro, incluso a partir de raíces vegetales como la de la mandrágora.

María era una respetada trabajadora de laboratorio que inventó complicados aparatos destinados a la destilación y la sublimación de materias químicas, así como el famoso Baño María.


simo de Panópolis

Siglo III-Siglo IV

Fue un alquimista griego de finales del siglo III y comienzos del IV, nacido en Panópolis (hoy Ajmin) en el Alto Egipto, ca. del año 300, quien escribió los libros de alquimia más antiguos de que se tenga noticia, conocidos sólo por citas en griego original, o traducciones en sirio o árabe.

En 1995 se descubrió una traducción al árabe de textos de Zósimo de Panópolis hecha por Tughra'i' (Ibn Al-Hassan Ibn Ali Al-Tughra'i), alquimista persa del siglo XI. Parece ser que las traducciones están incompletas y no son muy fidedignas. En el índice de libros árabe Kitab al-Fihrist, publicado por Ibn Al-Nadim, se mencionan las traducciones de cuatro libros de Zósimo, pero debido a confusiones de los traductores, estos textos no se atribuían a Zósimo de Panópolis sino a otros autores (desconocidos obviamente) con nombres como "Thosimos" o "Dosimos"; también es posible que dos de esas traducciones sean de un mismo libro.



La Alquimia Arabe


La principal contribución de los árabes a la alquimia fue disminuir su parte mística y, como sucedió con los primeros alquimistas en Alejandría, se interesaron más en la parte experimental. Esto se debió a la idea de ciencia que el árabe tenía pues para él la ciencia se basaba en la placentera observación de la diversidad de la naturaleza y en la utilización de su abundancia para mejorar la vida. La naturaleza era observada como una realidad de gran variedad y no como una idea filosófica.

Aunque los alquimistas árabes atribuían el comienzo de su ciencia a Khalid inb Yazid quien vivió entre los años 665 y 704 después de J.C. y de quien se decía que había traducido muchos manuscritos alquímicos, los registros más importantes aparecen en la época del gran florecimiento de la ciencia árabe en Bagdad en el siglo décimo. Alrededor del año 900 apareció un libro cuyo título en latín es Turba Philosophorum y en el que se observa un intento de adaptar las teorías cosmológicas y alquímicas griegas al pensamiento árabe. Sin embargo este trabajo está en oposición con las ideas experimentales y claras de Jabir y Al-Razi, cuyos escritos pusieron en terreno firme a la alquimia árabe.


Jabir ibn Hayyan (Gerber)



Como buen alquimista árabe, Jabir (720-813 d.C. aproximadamente) creyó en el valor de la experimentación y no evitó por completo las influencias místicas que prevalecían aún en su época. Las ideas de Jabir están basadas en las ideas de los alquimistas de Alejandría y por tanto siguen una línea aristotélica. Jabir propuso dos exhalaciones: humo terrestre y vapor acuoso, que al mezclarse producían los metales; también propuso que estas exhalaciones sufrían transformaciones intermedias en azufre y mercurio antes de llegar a ser un metal. La razón de la existencia de diferentes clases de metales era que el azufre y el mercurio no estaban siempre puros; las proporciones correctas de estas sustancias con las purezas adecuadas producían el oro. La conversión de un metal cualquiera en oro se hacía con la ayuda de un “elixir”, sustancia que no aparece en la alquimia alejandrina y que Jabir preparaba a partir de sustancias vegetales y animales .


Basado con toda seguridad en el principio aristotélico de las cualidades, Jabir propuso que todos los materiales tenían naturalezas, como el calor, el frío, la sequedad y la humedad; la tarea del alquimista era determinar la proporción de las naturalezas puras en las sustancias, preparar las naturalezas puras y recombinarlas en cantidades apropiadas para obtener los productos deseados. Jabir, a diferencia de los alquimistas de Alejandría, frecuentemente aplicaba la destilación a materiales de origen animal. Cuando estas sustancias se calientan, casi todas producen gases, materiales inflamables, líquidos y cenizas los cuales correspondían a cada uno de los elementos aire, fuego, agua y tierra. Cada uno de estos productos se separaban y eran destilados para aislar la naturaleza pura del elemento.

La teoría de Jabir sobre la alquimia era mucho más precisa y lógica que la de sus predecesores, los alquimistas alejandrinos. La tendencia a clasificar las sustancias en términos de sus propiedades físicas muestra una claridad de pensamiento que parece haber sido la característica de los principales alquimistas árabes.


Alquimia en la Edad Media


Los sucesores de los griegos en el estudio de las substancias fueron los alquimistas medievales, aunque sumergidos en la magia y la charlataneria, llegaron a conclusiones más razonables y verosímiles que las de aquéllos, ya que por lo menos manejaron los materiales sobre los que especulaban.

Durante la edad media, especialmente entre los siglos V y XV, la ciencia fue oscurecida por las inquietudes religiosas. Sin embargo, en el siglo VII la ciencia reapareció con los árabes, quienes habían acumulado los antiguos conocimientos de los egipcios y de la filosofía antigua griega a través de la escuela alejandrina, fundando una práctica: la alquimia, el precedente de la química.

La alquimia europea fue heredada de los árabes de esta forma:

La influencia árabe penetró en occidente primero por España: el califato de Córdoba alcanzó su apogeo durante los reinados de Abderramán II (912-961) y de al-Hákam II (961-976). Se crearon escuelas y bibliotecas que atrajeron a los estudiantes de todo el mundo mediterráneo. Según la tradición, el monje Gerbert, más tarde papa con el nombre de Silvestre II (999-1003), fue el primer europeo que conoció las obras alquímicas escritas por los árabes, aunque personalmente fuera sobre todo teólogo y matemático.

Pero fueron principalmente las Cruzadas las que pusieron al occidente en relación con la civilización árabe y despertaron vivo interés por la ciencia oriental. Observemos también que Scicilia constituye un nexo entre Oriente e Italia: el astrólogo Miguel Escoto dedicó su De Secretis (1209), obra en la cual las teorías alquimistas estaban extensamente desarrolladas, a su maestro el emperador Federico II de Hohenstaufen.

La alquimia comenzó a ponerse de moda en occidente a mediados del siglo XII, época en la cual fue traducida del árabe al latín la obra conocida con el nombre de Turba philosophorum (la turba de filósofos). Las traducciones del árabe aumentaron progresivamente y suscitaron en el siglo XIII una extraordinaria boga literaria de la alquimia.

Los alquimistas consideraron los metales como cuerpos compuestos, resultantes de dos propiedades comunes: el mercurio, que era lo metálico, y el azufre, que era lo combustible. Posteriormente consideraron un tercer principio, la sal, identificada con la solidez y la solubilidad. Estos principios alquimistas sustitutyeron durante la Edad Media a los elementos de la filosofía helénica. Una idea inmediata fue la posibilidad de conseguir la transmutación de los metales, mediante la combinación de esos tres principios, pero esta transmutación sólo podía ser factible en prescencia de un catalizador al que se llamó piedra filosofal. La historia de la alquimia es básicamente la búsqueda de la piedra filosofal. Por otra parte los alquimistas confundidos con magos y brujos, sufrieron persecución por parte de las autoridades religiosas.

Taller de Alquimistas En La Edad Media

Tratando de explicar las diversas propiedades de las sustencias, los alquimistas atribuyeron dichas propiedades a determinados elementos, que añadieron a la lista. Identificaron el mercurio como el elemento que confería propiedades metálicas a las sustancias, y el azufre, como el que impartía la propiedad de la combustibilidad.

Según aquellos alquimistas, una sustancia puede transformarse en otra simplemente añadiendo y sustrayendo elementos en las propiedades adecuadas. Un metal como el plomo, por ejemplo, podía transformarse en oro agregándole una cantidad exacta de mercurio. Durante siglos prosiguió la búsqueda de la técnica adecuada para convertir en oro un "metal base" y en esto se basó toda la alquimia medieval. En este proceso, los alquimistas descubrieron sustancias mucho más importantes que el oro, tales como los ácidos minerales y el fósforo.

Los ácidos minerales: nítrico, clorhídrico y, especialmente sulfúrico; introdujeron una verdadera revolución en los experimentos de la alquimia. Éstas sustancias eran ácidos mucho más fuertes que el más fuerte conocido hasta entonces (el ácido acético o vinagre), y con ellos podían descomponerses las sustancias, sin necesidad de emplear altas temperaturas ni recurrir a largos períodos de espera.

El primer ácido mineral en descubrirse fue probablemente el ácido nítrico, hecho por la destilación de salitre, vitriolo y alumbre. El que presentó más dificultades fue el ácido sulfúrico, que era destilado del vitriolo o alumbre solos pero requería contenedores resistentes a la corrosión y el calor. Mucho más difícil fue el ácido clorhídrico que era destilado de sal somún o sal de amoníaco y vitriolo o alumbre.

De todas formas, pocos alquimistas se dejaron tentar por éstos importantes éxitos secundarios, para desviarse de lo que éllos consideraban su búsqueda principal. Muchos simulaban producir oro por medio de trucos de prestidigitación para ganar el apoyo financiero de los mecenas.

Los trabajos de los alquimistas de la Edad Media , aunque infructosos en el descubrimiento de la piedra filosofal y del elixir de la larga vida, y por tanto estériles, produjeron indudables progresos en la química de laboratorio, puesto que prepararon nuevas sustancias, inventaron aparatos útiles y desarrollaron técnicas empleadas más tarde por los químicos. Desde el punto de vista metodológico, se debe a los alquimistas una operación fundamental en química: la operación de pesar. Sus filtros exigían una dosificación minuciosa de los ingredientes que se mezclaban: así en sus laboratorios "fáusticos", los alquimistas eleboraron lo que más tarde iba a ser el método cuantitativo.


Nicolas Flamel

1330-1413

Nicolas o Nicholas Flamel (Pontoise, ca. 1330 – París, ca. 1413) fue un escriba francés; aunque sin duda un personaje histórico, su vida real está extraordinariamente exagerada en las leyendas, que lo reputan como alquimista de suficiente habilidad para ejecutar las dos obras más complejas del arte alquímico: la transmutación de los metales en oro gracias a la elaboración de la piedra filosofal, y la inmortalidad. 

Flamel era un hombre letrado para su época; había aprendido el oficio de copista de su padre quien había sido un sofer antes de su conversión forzada al cristianismo, y comprendía correctamente el hebreo y el latín. De acuerdo a la leyenda, cuando se hallaba en plena Guerra de los Cien Años trabajando de librero en París, Flamel se hizo alrededor de 1355 con un grimorio alquímico diferentes versiones aseguran que lo recibió de un desconocido, que lo compró casi al azar o que le fue entregado por un ángel en sueños que excedía con creces sus conocimientos, y empleó 21 años en intentar descifrarlo. Para ello viajó a España, donde consultó tanto a las autoridades sobre Cábala como a los especialistas en el mundo antiguo en aquella época y bajo la influencia andalusí, las mejores traducciones del griego clásico se producían en las universidades españolas hasta encontrar, después de preguntar a muchas personas, en León a un anciano rabí, el Maestro Canches, quien identificó la obra como el Aesch Mezareph del Rabí Abraham, y enseñó a Flamel el lenguaje y simbolismo de su interpretación. 


La narración de todos estos hechos tiene lugar en su Libro de las figuras jeroglíficas (1399) que describe brevemente al comienzo dichas peripecias, explicando a lo largo de dicha obra el magisterio filosofal descrito como si de la peregrinación a Santiago de Compostela se tratara, sin embargo algunas teorías apuntan a que dicho entramado tiene un significado mucho más profundo, siendo reflejo de los misterios iniciáticos que se ocultan tras esta obra. Entre estos misterios estaban el descubrimiento de la Piedra Filosofal y la creación de homúnculos mediante la palingenesia de las sombras (crear un cuerpo astral, animal o vegetal). 

Habiendo dominado los secretos del texto, Flamel regresó a París, donde en 1382 logró por primera vez transmutar el mercurio, el cobre y luego el plomo en oro. Gracias a la riqueza que acumuló de este modo, se convirtió en un filántropo, haciendo grandes donaciones a hospitales e iglesias. En 1407 se hizo construir una casa, aún en pie, en el actual 51, rue de Montmorency, además de financiar capillas, asilos y hospitales. Además el rey francés Carlos VI de Francia le pidió que le aportara oro a las arcas reales mediante su sistema de transmutación. 

Se asegura que durante esos años elaboró también una tintura, gracias a la cual él y su mujer, Perenelle, obtuvieron la inmortalidad. Aunque a todas luces fallecieron y fueron enterrados entre 1410 y 1415 en el cementerio de St. Jacques de la Boucherie, el intento de exhumarlo se encontró con una tumba vacía; aunque bien pudo deberse al saqueo de la misma en busca de objetos de valor o de textos, esto no hizo más que reforzar los rumores de su inmortalidad, al igual que las historias sobre su vida en juventud y recorriendo lugares como India y Turquía después de su supuesta muerte, recopiladas por Paul Lucas (1664-1737). Su lápida, ricamente grabada, se conserva en el Museo de Cluny. 


Isaac Newton En La Alquimia

1643-1727

Newton fue un físico ingles, quien descubrió las leyes universales del movimiento, la atracción gravitatoria, las propiedades espectrales de la luz y inventó el cálculo, también escribió más de un millón de palabras sobre la alquimia -las cuales guardaron el silencio místico del artista de la Piedra Filosofal.

Newton no fue un alquimista clásico, pues mezclaba los conocimientos de los sabios griegos, con el lenguaje hermético y simbólico de los alquimistas. Incluso llegó a escribir una recopilación simbólica de las sustancias alquímicas, bastante completa, incorporando para algunos metales símbolos que no encuentran en tratados alquímicos anteriores. Creía en la transmutación de la materia, y por lo tanto tenía una notable interés en conseguir oro a partir de otras sustancias, los símbolos originales que aparecen en los escritos de Newton, están encuadrado en rectángulos.


la mayor parte de su obra alquímica se perdió en un incendio causado por su perro “Diamante”

Tenía varios libros de cabecera, de alquimia; el libro secreto de Arthefio, la obra de Nicolás Flamel dedicada a la búsqueda de la piedra filosofal, y el Theatrum Chemicum, que era uno de las primeras obras alquímicas y seguía con detenimiento los trabajos de su contemporáneo Boyle, que sin embargo no era alquimista, pero que Newton pretendía darles una explicación alquimista.

En el Trinity College, montó junto a la capilla, un laboratorio alquímico con hornos y crisoles, donde fundía los metales en su obsesión de trasmutarlos en oro. Para ello tomó un ayudante, Humphrey Newton (no era pariente). Sus primeros trabajos alquímicos datan de 1668, cuando fue nombrado Fellow del Trinity College, un año después de escribir los Principios.

Diagrama hecho por Newton de La Piedra Filosofal

Realmente estaba obsesionado con la transmutación de los metales, de forma que recababa información sobre ello a todos los amigos que viajaban a Europa Central. Para Newton, toda la materia estaba formada por átomos y vacío, y que las sustancias eran producidas a partir de agua. Así el agua perdida por destilación se trasmutaba en tierra, y el agua perdida por evaporación en los mares, sería compensada por la atracción gravitatoria de las colas de los cometas.

No se supo de la obsecion de Newton por aquel entonces puesto que la alquimia era ilegal en aquella época. Como alquimista, Newton firmó sus trabajos como Jeova Sanctus Unus, que se interpreta como un lema anti-trinitario: Jehová único santo, siendo además un anagrama del nombre latinizado de Isaac Newton, Isaacus Neuutonus - Ieova Sanctus Unus.


Mutus Liber


Mutus Liber (en latín: Libro mudo) fue un texto publicado en Francia en la segunda mitad del siglo XVII (1677) por el editor Pedro Savouret. Su autoría, por largo tiempo desconocida y especulada, se ha establecido. Fue Isaac Baulot, un boticario y estudioso en medicina de La Rochelle, nacido en la misma provincia en 1612.

Se supone que contiene los lineamientos para crear la Piedra filosofal. El proceso se muestra a través de 15 láminas grabadas sólo con imágenes, sólo las últimas dos láminas contienen alguna frase textual.

En la lámina 14 encontramos el texto “Ora, Lege, Lege, Lege, Relege, Labora et Invenies”, (Ora, Lee, Lee, Lee, Relee, Trabaja y Encontrarás) que supone sirve de guía no sólo para quienes deseen desentrañar y practicar los profundos misterios de la Alquimia, sino a todo aquel que emprenda una búsqueda profunda e interior.

Se interpreta que el autor propone como primer paso "Ora"; ya que para los sabios alquimistas no es posible la realización de la Gran Obra físca sin el concurso de lo Divino, mediante la oración y la meditación es convocado lo celestial como portal iniciático del viaje a emprender. Para los alquimistas la Adoración de lo "Divino" es punto clave para la Iniciación de la Gran Obra, nombre con el cual conocían o llamaban al proceso de transmutación.

El segundo paso que nos propone el autor antes de comenzar cualquier operación material, es el camino del conocimiento: "Lege, Lege, Lege"; señala con insistencia la importancia de la lectura de los textos reveladores de la Gran Obra, con firme decisión debe dedicarse el iniciado al estudio de los crípticos volúmenes alquímicos, voluntariamente incomprensibles, herméticos, dirigidos no tanto a la razón sino a la intuición más profunda. Lee, lee, lee, una, otra y otra vez, hasta que la iluminación revele el sentido de lo oculto, "Relege" refuerza la intención de las anteriores 3 palabras con el fin de comprender los símbolos, los materiales y los procesos. Fe y constancia son el preámbulo al "Labora et Invenies", (trabaja y encontrarás) a través de la oscuridad intencional del camino marcado por los sabios alquimistas , la transmutación se llevará a cabo.

En la última lámina del Mutus Liber se lee en un latín torpe la frase oculatus abis cuyo significado en inglés es casi un anagrama del nombre del autor. Un fino trabajo ilustrado, tal vez único, de estas lámina se encuentra en la Librería del Congreso de los EEUU Los asediados Hugonotes de La Rochelle tuvieron buenas razones durante la aplicación y posterior revocación del Edicto de Nantes para ocultar sus especulaciones en código.


Carl Gustav Jung y La Alquimia En El Psicoanálisis

1875-1961

Fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.

Se lo relaciona a menudo con Sigmund Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos. Carl Gustav Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo XX. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Esto le impulsó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.


Carl publico una obra llamada Psicología y alquimia En esta obra, Jung aboga por una reevaluación del simbolismo de la alquimia como íntimamente relacionado con el proceso analítico. Utilizando una serie de sueños de uno de sus pacientes, muestra cómo los símbolos utilizados por los alquimistas acontecen en la psique como parte del depósito de imágenes mitológicas aprovechadas por el individuo en sus estados de sueño. Jung dibuja una analogía entre la Gran Obra de los alquimistas y el proceso de reintegración e individuaciónde la psique en el paciente psiquiátrico moderno.

Al señalar estos paralelismos, Jung refuerza el carácter universal de su teoría del arquetipo y hace un apasionado argumento a favor de la importancia de la espiritualidad en la salud psíquica del hombre moderno. Profusamente ilustrado con imágenes, dibujos y pinturas procedentes de la alquimia y otras fuentes mitológicas entre ellas el cristianismo, el libro es otro ejemplo de la erudición de Jung y de su fascinación con expresiones de espiritualidad tanto esotéricas como exotéricas, como asimismo de la psique en la religión y en el misticismo.


La Alquimia En El Anime


Full Metal Alchemist

La historia se centra en los hermanos Edward y Alphonse Elric, quienes viven en un pequeño pueblo de un país ficticio llamado Amestris. Su padre, Hohenheim, se había marchado de su casa cuando aún eran pequeños y años más tarde su madre, Trisha Elric, muere por una enfermedad terminal, dejando a los hermanos Elric solos. Después de la muerte de su madre, Edward decide resucitarla a través de la alquimia, una de las técnicas científicas más avanzadas conocidas por el hombre. Sin embargo, el intento resulta fallido y como consecuencia Edward pierde su pierna izquierda, y Alphonse su cuerpo. En un esfuerzo por salvar a su hermano, Edward sacrifica su brazo derecho para sellar el alma de Alphonse en una armadura. Tras esto, un alquimista llamado Roy Mustang visita a los hermanos Elric y le propone a Edward convertirse en un miembro de las Fuerzas Armadas del Estado y así encontrar una forma de recuperar sus cuerpos. Posteriormente la pierna izquierda y el brazo derecho de Edward son sustituidos por un Automail, un tipo de prótesis avanzada creada por su amiga Winry Rockbell y la abuela de ésta Pinako. 


Edward se propone convertirse en un alquimista estatal y luego de pasar un arduo examen, logra alcanzar el rango deseado, por lo que se le da el nombre de «alquimista de acero». En su búsqueda de la piedra filosofal, los hermanos Elric luchan contra varias personas así como con diversos antagonistas, de los cuales algunos también buscan la piedra; entre ellos se encuentra Scar, uno de los supervivientes de la guerra de Ishbal que busca vengarse de los alquimistas estatales por la destrucción de su raza, y los homúnculos, un grupo de criaturas con apariencia humana que tienen la habilidad de regenerarse de cualquier herida debido a que poseen fragmentos falsos de la piedra filosofal. A medida que la historia progresa, Edward y Alphonse descubren que Amestris había sido creado por los homúnculos y, en secreto, controlaban al ejército. Asimismo descubren que algunos de los oficiales de alto rango son controlados por el creador de los homúnculos, un hombre conocido como «Padre», quien planeaba utilizar Amestris como un círculo de transmutación gigante y así transmutar todo el país en una piedra filosofal. Cuando Edward y Alphonse descubren los planes del Padre, junto a otros miembros de las Fuerzas Armadas del Estado, deciden derrotarlo.


Las Leyendas Cuentan que muchos Alquimistas fueron Brutalmente torturados por Reyes antiguos en busca que de que le concediesen la inmortalidad.


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